En este post voy a tratar una crítica que se hizo en los años 80 y 90 a los sistemas tipológicos. Esa crítica ayudó a generar un determinado modelo sobre el comportamiento neandertal.
La tesis partió de algunos autores de la escuela anglosajona, como Dibble, Rolland, Chase o Davidson, que describían a los Neandertales como unos homínidos muy limitados y primitivos.
Con esa idea de partida, los investigadores incidieron sobre una idea: las herramientas musterienses no eran útiles terminados, sino formas variables en un proceso de reducción durante la talla o retoque de las mismas.
De este modo, los distintos tipos y morfotipos (lascas, raederas, denticulados..) representarían fases de un proceso contínuo e indiferenciado de reducción del útil, mediante retoques.
La razón de formular esta tesis era sustentar la idea esencial del modelo: Los neandertales, y otros homínidos anteriores (H. ergaster, H. erectus...) no tenían capacidad de imaginar la forma final de una herramienta. Por eso, cuando tallaban la piedra, lo hacían de un modo casi instintivo, repetitivo y monótono, como un ave construye su nido.
Siguiendo ese razonamiento, se afirmaba que las formas descritas por la tipología, para el Achelense, el Musteriense, y otras industrias "arcaicas" no eran formas reales y buscadas, sino "casualidad". Y que, en realidad, los arqueólogos creaban las categorías (bifaces, raederas, denticulados...) a partir de la Tipología.
A eso, Davidson lo llama la "falacia del útil finalizado".
En este punto, creo que debemos separar lo que es una crítica pertinente, de lo que es "exceso de imaginación" en ese modelo, sin base en el registro material.
La critica pertinente viene dada porque, con la tesis "reduccionista" se ponen de manifiesto algunas debilidades de la Tipología (tanto la Bordesiana como la de Laplace). En especial, se critica con acierto la suposición de que todos los útiles retocados representan "morfotipos" buscados o relevantes.
Ahora bien, más allá de esta crítica razonable, el modelo "reduccionista" no tiene base en el registro, no se apoya en un conocimiento real del material. Y sus conclusiones son, cuando menos, exageradas y tópicas.
Estos autores no investigan (en general, ya que siempre hay honrosas excepciones) sobre tecnología, modo de gestión y función de las herramientas. Se quedan en cuestiones puramente superficiales, y algunas de sus conclusiones son, literalmente, risibles.
Por ejemplo, hay un trabajo muy celebrado (por lo cómico) de Ian Davidson, en el que este autor afirma que los bifaces Achelenses (en general) no son formas "buscadas".
Se trata del artículo "Finished artefact fallacy: Acheulean Hand-Axes and Language Origins", en la obra colectiva "The transition to Language". En ese trabajo Davidson defiende que los bifaces son simples núcleos, utilizados para sacar lascas, y que, casualmente, y por estadística (según él) acaban pareciendo hachas de mano.
Quiero resaltar que Davidson no dice que los bifaces sean útiles que a veces pueden hacer la función de núcleos. Tampoco dice que "algunos bifaces" puedan ser núcleos. Él afirma exactamente esto: no tiene porqué existir la categoría "bifaces", asociada al Paleolítico inferior, o incluso medio.
Hay cientos de evidencias (estudios tecnológicos, de funcionalidad...) de que su afirmación es una barbaridad, pero me centraré en el propio artículo de Davidson: Lo que sucede es que este autor escoge algunos bifaces y núcleos levantinos (basicamente, de Tabún).
Esos útensilios concretos son de apariencia tosca, están -pienso yo- realizados en materias primas de poca calidad (para una talla controlada). Y según sus propias fotos, algunas piezas tienen huellas de estar alterados por el paso de los milenios.
Al presentar esos ejemplares, con algunas apreciaciones (no muy acertadas) sobre las técnicas de talla, ofrece una impresión general de que su propuesta tiene algún sentido.
Para el que conoce un poco cómo funcionan los sistemas de talla y gestión de las herramientas en piedra (cómo interaccionan necesidades, objetivos y materia prima), lo que dice este autor no tiene mucho sentido.
Un ejemplo de que Davidson mete la pata pero bien: una figura (9.7, pag 198) en la que presenta la punta rota de un bifaz. Davidson sólo es capaz de ver un hecho: se ha extraido la punta de un bifaz. Y, según él, eso demuestra que no tiene porqué haber intención de conseguir esa forma concreta, ya que al extraer la punta, se rompe la "simetría".
¿Pero tiene razón Davidson? La foto no es muy buena (desde el punto de vista tecnológico es nefasta), pero aún así, la forma de la lasca sugiere varias cosas: podría ser una fractura por flexión relacionada con el uso, o "pisoteo" accidental; O, de tratarse de una extracción buscada, podría ser una "lasca sobrepasada", es decir un accidente de talla que se lleva la punta del bifaz.
Otra cuestión bastante ilustrativa es que en el artículo no hay ni un sólo esquema técnico, ni un dibujo (que refleje aspectos tecnológicos, como el talón, el bulbo de percusión, el orden de las extracciones) de los bifaces, las lascas y los núcleos. Sólo fotografías, que ni siquiera están orientadas correctamente.
Para el Musteriense -asociado a los Neandertales- otros autores han tenido enfoques similares (por ejemplo Chase, Dibble o Dibble y Rolland), en general menos extremos y más fundamentados.
Por desgracia, esos análisis también tienen a generalizar en exceso. Voy a tratar de describir cómo sucede esto: Lo que hacen es coger lo observado en un objeto concreto (por ejemplo, el proceso de reducción de una raedera Quina) y someterlo a dos operaciones no muy legítimas (en mi opinión).
1 - Por un lado se generaliza a toda la industria de los Neandertales: En este caso, durante el retoque de una raedera Quina, esta puede parecer tanto una raedera como un denticulado (cuando se está reavivando un filo embotado). Se coge sólo este hecho, y se propone que todos los útiles del Musteriense se gestionan de un modo similar.
2 - Por otro lado, se ignora el contexto técnológico y el proceso técnico en el que se incluye: En el caso de las raederas Quina, el proceso de reducción de los filos es sólo una parte de la gestión integral del utillaje:
- Las raederas Quina de sílex suelen venir de pre-formas importadas, que se traen al yacimiento con un próposito, y son de una determinada materia prima (y no de otras).
- El reavivado de los filos se hace en un contexto de "trabajo intensivo" con esas herramientas, diseñadas para ofrecer una larga duración.
- Además, el reavivado de los filos no es algo sencillo ni intuitivo: sígue todo un sistema organizado de retoque, con fases no demasiado "obvias".
- Y mientras se retocan los filos, las propias lasquitas de reavivado, en algunos yacimientos, se utilizan -sistemáticamente- para fabricar otros utensilios pequeños.
Resumiendo: El problema de esta propuesta, es que, a partir de una crítica acertada, caen en una falacia tan grande como la que denuncian: La falacia del útil inacabado. Y eso sucede por falta de conocimiento sobre aspectos fundamentales de la tecnología paleolítica, que lleva a caer en una serie de errores y lugares comunes.
Nota final: Aclarar que no todos los autores que he agrupado en esta tendencia son iguales. Davidson, por ejemplo, es un auténtico "paracaidista" en el estudio de la industria lítica (aterriza sin saber muy bien donde y cómo está situado). Otros, como Dibble, tienen un conocimiento mucho más profundo de la realidad arqueológica y de las herramientas de los Neandertales.
Sigue leyendo esta serie aquí: Las herramientas de piedra de los Neandertales VI
Posts anteriores de esta serie
Las herramientas de piedra de los Neandertales III
Las herramientas de piedra de los Neandertales II
Las herramientas de piedra de los Neandertales I
Lo primero darte mi enhorabuena por el blog,que en el anterior comentario se me pasó.
ResponderEliminarY ahora mi comentario: el probelma de estos autores a los que aludes el el caracter general que muchas veces le han querido dar a sus trabajos, como bien tu apuntas de casos particulares han querido hacer una norma, me imagino que habrían querido alimentar un poquito su ego científico. Aunque es indudable que hay aportaciones mas que rescatables como son los trabajos de Dibble (modelos de reducción progresiva, aunque siempre son conceptos que hay que tener en cuenta no son la norma que explique la variabilidad de la industria.
En cuanto a los trabajos de Davidson: sin comentarios
Muchas gracias, Francisco. Totalmente de acuerdo en cuanto a Dibble (creo que lo dejo claro en el post).
ResponderEliminarsi que queda claro, pero al estar dentro de un discurso marcadamente crítico puede que no se entienda bién. Lo que me gustaría aclarar es que ver las industrias como elementos acabados y donde siempre hay una idea final plasmada no siempre es acertado, incluso en algunos casos en los que podemos encontrarnos ante lo que parecen ser morfotipos finales, un ejemplo simple: lo que puede parecer un pequeño bifaz, visto dentro de su secuencia y contexto puede ser parte del proceso de reducción para la obtención de una punta solutrense, esto en un yacimiento estratificado es "fácil" de ver pero en superficie ya es otra cosa.
ResponderEliminarSiempre dejando claro que es dentro de la particularidad de cada yacimiento donde hay que ver estos casos, si no podemos llegar a la tesis de los bifaces como nucleos artisticos, ¿es que acaso Davison no conocia las reducciones discoidales y levallois? por que los neandertales y heidelbergensis si. Lo que está claro es que consiguió que lo citaran.