viernes, 9 de septiembre de 2011

Neandertales: Bienvenidos a la mente humana

Después del paréntesis veraniego, quiero retomar las entradas de éste blog haciendo un poco de balance del estado del conocimiento científico sobre los Neandertales. En ese sentido, me gustaría destacar la importancia enorme que -en mi opinión- ha tenido el año 2011 en el avance de nuestros conocimientos sobre las sociedades neandertales.

La biología fue por delante, pero no pudo responder a todo (¡afortunadamente para los arqueólogos!)

Remontándonos al año anterior (2010), habría que empezar diciendo que aquel año fue fundamental desde la biología y la genética: los descubrimientos sobre el pasado de nuestro ADN (a partir del primer borrador del Genoma Neandertal) fueron enormes, y cambiaron (y aventuro que seguirán cambiando, a pasos agigantados) la visión de la evolución reciente de nuestros ancestros. Y, también, de sus relaciones con otras poblaciones humanas, a veces llamadas "arcaicas". 



De los citados descubrimientos, quizás el más relevante para los Neandertales fuera el siguiente: el hallar evidencias de que hubo una hibridación (posiblemente limitada) entre las poblaciones de "humanos modernos" salientes de África y las poblaciones neandertales de Oriente Medio. Ese hecho señala a la existencia de interfertilidad entre dichas poblaciones, y hace realmente difícil sostener que los Neandertales eran una especie distinta a la nuestra, y no digamos ya afirmar o implicar que no eran "humanos".    

Todos esos hitos empezaron a ver la luz -como decía- en 2010 y han supuesto un gran revulsivo para los estudios evolutivos y de genética de poblaciones. Pero, por otro lado, hay que admitir que aportan una información escasa o limitada sobre la cultura, las capacidades cognitivas, o la organización social del Hombre de Neandertal.

Con la excepción de algunos estudios muy específicos (cómo el análisis del parentesco de los Neandertales de El Sidrón) lo que la genética y la biología nos aportan son grandes marcos de conocimiento en términos bio-evolutivos, pero no permiten profundizar en los aspectos de la organización económica, social y cultural de aquellos seres humanos.

Pero por fortuna, la arqueología prehistórica sí está en condiciones de abordar, cada vez de forma más rigurosa y empírica, esos aspectos cognitivos, organizativos y simbólicos. Es decir, de empezar a escarbar, con todas las precauciones, limitaciones y seguros necesarios, en las mentes de aquellas poblaciones humanas.

2011: un gran año

En este sentido, en el año 2011 (en lo que llevamos del mismo) se han publicado novedosos y decisivos trabajos que, en base al estudio de los restos de la cultura material de los Neandertales, avanzan en el conocimiento de sus modos de vida.

La organización de la subsistencia y la explotación del medio

Desde la perspectiva de la subsistencia, este año se ha avanzado de forma muy sustancial en la comprensión de la adaptabilidad y la capacidad de planificación de las poblaciones Neandertales. Se ha  estudiado cómo los Neandertales explotaban diferentes paisajes y nichos ecológicos (como los estuarios, playas y marismas), y también se han aportado indicios fiables sobre la organización de cacerías comunales, y sobre la caza por interceptación de grandes mamíferos migratorios.


Estos aspectos dibujan una imagen de complejidad, de subsistencia estructurada, planificada y coherente. Y, lo más importante, similar (o prácticamente idéntica) a cualquier grupo de cazadores-recolectores, sean del Pleistoceno o de etapas más recientes (de la prehistoria o sub-actuales).

Las herramientas de los Neandertales y su tecnología

En cuanto a la producción de los instrumentos de trabajo, algunos estudios de 2011 han vuelto a remarcar la complejidad y los notables requisitos cognitivos de la tecnología de la talla de la piedra que llamamos Musteriense o de Paleolítico medio. Pero, de hecho, estos aspectos de modernidad o capacidad cognitiva ya vienen siendo estudiados desde hace décadas y no suponen por si mismos una novedad (aunque cabe decir que el avance de la disciplina es firme y constante en ese aspecto).

Si es novedosa, hasta cierto punto, la recuperación de una idea: que entre las últimas poblaciones Neandertales se extendió la fabricación y uso de un complejo instrumental en hueso, un "logro" que tradicionalmente se había considerado exclusivo de los "humanos modernos".

La situación actual, al reafirmarse la presencia y validez de los útiles en hueso del Chatelperroniense francés, y del Uluzziense italiano, y quizás en otros tecnocomplejos europeos de entre hace 50.000 y 40.000 años, apunta  a otro tipo de procesos (no relacionados con incapacidades cognitivas) para explicar la  difusión de la producción y uso del instrumental óseo en Eurasia.


Una gran sorpresa, en términos del instrumental de trabajo de los Neandertales, ha sido la reciente publicación (en la prensa) del hallazgo en Abric Romaní de una especie de "pala", un útil trabajado hecho de madera, con mango, muy similar a los usados en etapas tan recientes como el Neolítico.


En mi opinión, en la situación actual de las investigaciones -y al margen de los procesos bio-evolutivos de sustitución de unas poblaciones por otras- no se puede decir que, desde el punto de vista de la complejidad y "modernidad" de los instrumentos de trabajo, existan diferencias entre las últimas poblaciones neandertales y los primeros "humanos modernos" de Europa y Asia occidental.

Simbolismo y comportamientos culturales complejos

Lar referencias al trabajo del hueso y a los tecnocomplejos Chatelperroniense y Uluzziense nos llevan hasta otro aspecto destacado de la literatura científica de 2011: Los trabajos sobre las capacidades simbólicas y la expresión de comportamientos culturales complejos. En ese ámbito la "explosión" de publicaciones ha sido espectacular, y permite atisbar un gran abanico de expresiones simbólicas entre los Neandertales. Expresiones que, o bien eran desconocidas hasta ahora, o bien han sido escatimadas al debate científico hasta este año (por falta de estudios en profundidad o por la inercia de los tópicos de las incapacidades neandertales).

Entre esas formas de expresión simbólica destacan los elementos de adorno corporal, como los colgantes y el colorante mineral (ocre), cuya presencia es nutrida, bien datada, e inequívoca, en el Chatelperroniense francés; y posiblemente también forma parte del bagaje cultural del Uluzziense italiano. Y no sólo en contexto "transicionales", cercanos en el tiempo a la presencia de los "humanos modernos", sino también en momentos más tempranos y propiamente Musterienses, como las conchas decoradas y el colorante de las cuevas murcianas de Los Aviones  y Cueva Antón, o el uso de plumas de aves en el musteriense italiano de Fumane.


También, en lo referente a los comportamientos simbólicos, un nuevo artículo científico, después de un exhaustivo examen tafonómico, revindica el carácter de instrumento musical del artefacto conocido como "flauta de Divje Babe", hallado en un contexto neandertal.


Welcome to the human mind!

Todos estos aspectos constatados o reafirmados por la arqueología en 2011, creo que -con pocas dudas y precauciones- permiten situar de manera sólida a las sociedades neandertales dentro del conjunto de las sociedades humanas de cazadores-recolectores (tanto del Pleistoceno cómo de épocas más recientes, e incluso sub-actuales), sin que se aprecien diferencias cognitivas o de "desarrollo cultural" sustanciales, entre Neandertales y "humanos modernos". 

Por ello, quiero terminar este post afirmando que (aún sabiendo que la ciencia es un contínuo donde nada se da por hecho de manera definitiva) debemos dar la bienvenida a los Neandertales a la "mente humana". Es decir, debemos admitir que la evidencia apunta a que pensaban como cualquier otro ser humano inmerso en sus mismas condiciones (en términos históricos), y que -por tanto- actuaban cómo cualquier otro cazador-recolector conocido.

Y, por lo tanto, debemos abandonar la idea de que eran una especie o población inferior, intelectualmente peor dotada, o de algún modo limitada en términos cognitivos; porque nada, absolutamente nada, en el registro de sus realizaciones materiales, sugiere algo así, sino todo lo contrario.

7 comentarios:

David Sánchez dijo...

Gracias por el resumen, un post muy interesante.

Pues completamente de acuerdo en todo, Lo del abric es fantástico, ojalá nos siga dando sorpresas el trabajo de la madera, hallazgos de este tipo nos muestran cuanto desconocemos aún de las sociedades del paleolítico.

Un saludoii

Millán Mozota dijo...

Si, la verdad es que la gente de Abric Romani ha estado décadas ya en primera linea en la investigación sobre Neandertales, pero no por ello dejan de sorprendernos, cuando salen estas noticias.

Comentar por cierto que una cosa que se me ha quedado en el tintero es explicar lo siguiente:
Dada la complejidad cognitiva del Neandertal, que -ya se puede decir sin tapujos- es plenamente moderna, lo que la evidencia arqueológica sugiere es que el "hardware", la base neuronal y de organización cerebral de esa cognición "moderna", ya tuvo que estar presente -al menos como potencial- entre el último ancestro común a las poblaciones Neandertales y de HAM... es decir entre los (g.)homo arcaicos como el H. ergaster o el H. erectus (algo que sé que tu siempre has defendido).

᧞eandertalerin dijo...

Este es un tema complicado.
Qué entendeis vosotros por mente moderna?
Echando un vistazo a las sociedades actuales, las diferencias tecnológicas y culturales son enormes, y seguramente también lo eran en el pasado.

"lo que la evidencia arqueológica sugiere es que el "hardware", la base neuronal y de organización cerebral de esa cognición "moderna", ya tuvo que estar presente -al menos como potencial- entre el último ancestro común a las poblaciones Neandertales y de HAM... es decir entre los (g.)homo arcaicos como el H. ergaster o el H. erectus"

Seguramente tuvo que ser así, sin embargo la capacidad cranial de los hominidos que mencionas era bastante inferior a la de HAM y neandertales. Un hioides de erectus que se encontró, indicaba según los que lo estudiaron que no eran capaces de hablar.
Sin dejar de lado que sabían manipular el fuego y eran inteligentes, yo no iría tan lejos como decir que tenían una mente como la nuestra. El lenguaje es algo que diferencia los humanos modernos de sus parientes más proximos como los bonobos, y si estos homínidos no eran capaces de hablar, difícilmente tendrían una mente "moderna".

También añadir que parece que algunos genes relacionados con lo que llamamos mente, como el AUTS2 muestran diferencias entre HAM y neandertales: a lo mejor sí que tenían el carácter algo distinsto y eran un poco más antisociales?

Millán Mozota dijo...

Hola Maria Lluisa

Gracias por tus comentarios

En cuanto al tamaño de los cerebros 3 apuntes: Lo primero, los homo que mencionaba tienen de hecho cajas craneales bastante grandes (unos 800 cc), nada parecidas a las de un chimpancé (unos 380 cc de media). Y lo segundo, que el volumen en bruto no es tan-tan importante siempre (hay animales bastante bobos -mitos aparte- con cerebros gigantes), y lo tercero, que la plasticidad cerebral humana es enorme (probablemente es un rasgo adaptativo, seleccionado y transmitido genéticamente), de manera que las capacidades linguísticas pueden desarrollarse en diferentes áreas del cerebro y con diferentes configuraciones cuando es necesario (por ejemplo entre personas con ciertas dolencias cerebrales de nacimiento).

En cuanto a los trabajos sobre la capacidad de habla, basados en la configuración del hueso hioides no me parecen fiables, es decir, es una linea más de especulación que de evidencia, dado que falta el 99% de los órganos fonadores, que no fosilizan.
Investigadores como I. Martínez (del equipo de Atapuerca) llevan años diciéndolo y apuntando que, para abordar el tema del habla, hay que combinar diferentes lineas de evidencia y contrastarlas entre sí: La morfología de la laringe (hioides, vértebras, foramen magnum..), la del oído interno (el órgano receptor es tan importante cómo el fonador), la configuración del cerebro a partir del endocráneo, y el análisis de los genes relacionados con el habla. Y yo añadiría que también hay otra linea de evidencia, valiosa aunque indirecta, que se encuentra en las realizaciones de tipo cultural-material (objetos con carga simbólica, social y económica) de aquellos individuos.

En cuanto a tu última reflexión, respecto los Neandertales, yo creo que es altamente especulativa, y además responde a una linea de razonamiento que no comparto.

Daré la vuelta a la idea que lanzas: Pongamos como ejemplo, en lugar de los Neandertales, a una tribu de "no contactados" de la Amazonía, cuya cultura material es extremadamente simple (apenas usan algunas herramientas de madera y caña). Fijate que, de hecho, su cultura material es mucho menos "sofisticada" y "avanzada" (notense las comillas) que la tecnología Musteriense de P.medio, por ejemplo.
Nótese también que, alrededor de esa gente, en el resto del mundo del S. XXI, el grado de "progreso" científico-tecnológico-industrial está simplemente a otra escala... Y aun así ¿Donde buscarías la explicación al modo de vida de aquellos aborígenes:
¿en sus genes? O, más bien, en el recorrido histórico de los cambios de las sociedades humanas a lo largo del tiempo?

David Sánchez dijo...

Yo creo que nunca podremos estar seguros al 100% de que regiones del cerebro cotrolan "x"actividades o son responsables de "x"comportamientos; del mismo modo, que creo que la capacidad craneana no tiene por qué marcar la mayor o menor inteligencia; lo que ocurre es que siempre barremos para casa; me explico, si el neandertal tiene el cerebro más grande, cuidado!!no es más inteligente, es que la relación del tamaño y el cuerpo, hace que el índice de encefalización venga a ser similar al nuestro, existe una proporción equilibrada; por contra nosotros somos mucho más inteligentes que el erectus porque tenemos el cerebro más grande.......vale puede ser, pero también hay investigadores que defienden que hay materia gris(a medida que el cerebro madura se destruyen algunas neuronas y conexiones nerviosas); esto se pone en relación con las personas más distraídas. Pues quizás los erectos no podían permitirse distraerse un segundo debido a la peligrosidad del entorno, y por lo tanto a lo mejor tenían el cerebro más pequeño pero más aprovechado, quien sabe, esto nadie lo podrá saber jamás, sólo la arqueología podrá sacarnos de dudas si hay hallazgos, y en relación a erectus está fuera de toda duda su "complejidad"; yo no me imagino organizar estrategias de caza sin la capacidad del lenguaje, o de alguna forma de comuinicación efectiva, o de transmitir la tecnología de generación en generación...

Saludos!!

Julien Riel-Salvatore dijo...

Millán -
excellent post! Thanks also for bringing the wooden 'spade' discovered at Romani to my attention - I hadn't heard of it yet. That site just keeps on yielding incredible finds!

Millán Mozota dijo...

Thanks for your comments, Julien.
Romani is an unique site, but (as you know for sure) success and findings are also related to long duration and high quality research programs.