lunes, 21 de junio de 2010

Neandertales y carnívoros

La interacción de Neandertales y carnívoros ha sido un tema recurrente en los estudios sobre el Paleolítico medio y sobre el H. neanderthalensis. Desde los inicios de la investigación en Prehistoria (s. XIX y principios del XX), los arqueólogos se dieron cuenta de que en los yacimientos Musterienses los restos de las ocupaciones humanas convivían o alternaban con la presencia de grandes carnívoros. Esto sucedía especialmente en cuevas.

La explicación de los expertos era la siguiente: el Hombre de Neandertal compite por refugios, con los grandes carnívoros (y otros animales peligrosos, como los osos -que son omnívoros). Así, una viva imagen pasó al saber popular y a la literatura: la idea del Neandertal luchador y cazador, que se enfrenta a osos, leones, hienas o lobos para ocupar sus cubiles.

En los años ochenta, el trabajo de C. K. Brain "The Hunters or the Hunted" inauguró un nuevo modo de estudiar la formación de los yacimientos (que hay solemos llamar "tafonomía"). Su estudio tuvo un enorme impacto en la interpretación del Paleolítico antiguo. Brain demostró que los australopitecos sudafricanos, en contra de lo que afirmaba Dart, no eran grandes cazadores, armados con temibles armas en huesos aguzados. Al contrario, eran presas habituales de los leopardos y otros grandes carnívoros. Así, los huesos presentes en las cuevas de los australopitecos eran restos dejados por los felinos. Y los homínidos sólo eran otra opción gastronómica más, en el menú los grandes gatos.


En Europa, esa visión llegó con mucha fuerza, y se revisó de forma crítica todo el Paleolítico inferior y medio, en busca del tipo de situaciones descritas por Brain. El antropólogo y arqueólogo L. Binford fue un abanderado de este tipo de revisión. Se llegó a describir, años después, todo aquel "huracán" revisionista como el "efecto Binford". En yacimientos muy antiguos, como Orce-Venta Micena, Torralba y Ambrona, se deshechó la idea de que las acumulaciones de fauna estuvieran relacionadas con actividades de caza.

En ese marco, los yacimientos en cueva en los que aparecían tanto materiales musterienses como carnívoros, empezaron a perder interés como fuentes de información sobre los Neandertales. El razonamiento era este: no se podía afirmar que la fauna representara las capturas hechas por los Neandertales, y era más probable que fueran animales cazados por grandes carnívoros.


Eso, unido a un renovado modelo (de mano de la Nueva Arqueología) de las incapacidades Neandertales, llevó a imaginar al Neandertal como un homínido poco inteligente, incapaz de cazar de manera eficaz y organizada. Por todo ello, era fundamentalmente un ser carroñero. Con un razonamiento un tanto circular, esas limitaciones permitían explicar la presencia de herramientas Musterienses en las acumulaciones de los carnívoros: provenían de las exploraciones y actividades carroñeras de los Neandertales.

Esta imagen domina los años ochenta del siglo XX, y empieza a ser disputada a partir de los noventa. Al afinarse los estudios tafonómicos (i.e. "cómo se acumulan y se forman los yacimientos") se comienzan a distinguir los huesos procesados por los Neandertales y los devorados por carnívoros. Además el estudio de las estrategias de caza (por la especie, edad, sexo... de las presas) permite separar acumulaciones de carnívoros de otros perfiles, más típicos de sociedades humanas cazadoras. Y por otro lado, los estudios de industria lítica muestran que los neandertales tenían un equipamiento (de caza, de procesado de la materia animal) mucho más eficaz de lo descrito hasta entonces.

En ese ambiente cambiante, llegan los estudios de isótopos estables, que permiten valorar la dieta a partir del análisis de composición de los huesos. Esas técnicas describen la posición de un individuo en la cadena trófica (si es herbívoro, omnívoro, o carnívoro) y la proporción aproximada de proteína animal presente en su dieta. El trabajo Richards y otros sobre los Neandertales de Vindija marca un rubicón, al sumar los restos croatas a los resultados de estudios anteriores (de Bélgica y Francia). El conjunto de los datos da una imagen de "gran carnívoro", del Neandertal, en lo más alto de la cadena trófica.

Los isótopos estables alejan la idea del Neandertal carroñero oportunista y abren la puerta a consideraciones de tipo congnitivo y social: Si el H. neanderthalensis es un "top carnívore", entonces debe ser gracias a sus capacidades. Una parte de los investigadores de  hacen énfasis en sus habilidades de planificación y oganización, rastreando -y hallando- cada vez más evidencia de complejidad. Pero otros siguen atados a los antiguos modelos de las incapacidades mentales, y proponen un nuevo fetiche explicativo en forma de "superhombre", lo que podriamos llamar el modelo "Conan con Torus Supraorbital". 


Así, se transmite la idea de un neandertal increíblemente fuerte y robusto, al que la evolución no ha dotado de gran inteligencia, pero sí de armas alternativas a las garras y dientes: músculos de película de acción y lanzas "primitivas". En mi opinión, este tópico está sobredimensionado. Los Neandertales eran fuertes, si, pero sus capacidades (planificación, estrategia, uso del fuego, armamento y herramientas muy elaboradas) permiten pensar en alternativas razonables al (absurdo) "cuerpo a cuerpo 1vs1", a la hora de enfrentarse a carnívoros o cazar grandes herbívoros.


En ese marco de finales del S. XX y principios del XXI, aparece una propuesta  que se centra en la interacción de Neandertales y carnívoros, para explicar la desaparición de ambos. Se trata de la hipótesis de J. Estévez y otros , propuesta desde la paleontología y la zooarqueología. En resumen, se trata de lo siguiente: Al final del Pleistoceno desaparecen de forma más o menos brusca varias especies de grandes carnívoros (Hienas...) y omnívoros (Osos cavernarios). Algunas estas especies subsisten en áreas restringidas mucho tiempo, pero también acaban por extinguirse. Dada la coincidencia en el tiempo de esos procesos, y dado que son simultáneos (más o menos) con la llegada a Europa y la expansión demográfica del Homo sapiens, es razonable pensar que las extinciones están relacionadas con nuestra especie. Además, el paralelismo sugiere al autor que hay que considerar H. Neandertalensis como un carnívoro más, a la hora de explicar su extinción.

Por mi parte, considero que a esa hipótesis le falta de coherencia interna en su formulación. Un hecho bien establecido es que las capacidades de H. Neanderthalensis son equiparables en eficiencia y complejidad a las de las poblaciones "modernas". Este hecho inhabilita la propuesta de Estévez. Específicamente, no es correcto dejar a un lado de la formulación teórica al taxón H. sapiens, dándole un carácter y unas capacidades diferenciales, y no aplicar los mismos razonamientos al H. Neanderthalensis.

Esto no significa que el Neandertal no tuviera cosas en común con los grandes carnívoros (como también lo tuvieron los "modernos" del Paleolítico, por otro lado). Pero lo que no es correcto es aplicar un doble rasero a dos poblaciones humanas a la hora de elaborar la explicación. Eso es volver al "no-win scenario". 

En el siguiente post trataré de una cuestión relacionada con los carnívoros que está de actualidad, por varios trabajos recién publicados o en proceso de estudio. Me refiero al uso que los Neandertales hacian de los carnívoros. Existen evidencias de que probablemente cazaron hienas, leones y osos. O (al menos), aprovecharon sus restos.

Referencias

Brain, C.K., 1981: "The hunters or the hunted? An introduction to African cave taphonomy" University of Chicago Press. Chicago.

Binford, L.R., 1981: "Bones. Ancient Men and Modern Myths". Academic Press.

Richards, M. P., Pettitt, P. B., Trinkaus, E., Smith, F. H., Paunovic, M., Karavanic, I., 2000: "Neanderthal diet at Vindija and Neanderthal predation: The evidence from stable isotopes". PNAS, Vol. 97, N. 13. pp: 7663–7666.

Estévez, J. 2004: : "Vanishing Carnivores: What can the Disappearance of Large Carnivores tell us about the Neanderthal World?". Int. J. Osteoarchaeol. 14. pp. 190–200 .

lunes, 14 de junio de 2010

Neandertales en la Cultura Popular: Gargantus contra el Hombre del Hierro

 Cuando rastreas el origen y la evolución de las imágenes colectivas sobre el Hombre de Neandertal, el mundo del comic es una mina de información. El estereotipo del cavernícola, heredado de la literatura Pulp (Robert E. Howard, H. G. Wells, E. R. Burroughs), viene reapareciendo en el mundo del tebeo desde principios del siglo XX.

En lo que se refiere -en concreto- al cavernícola Neandertal, es probable que la iteración más alucinante y bizarra del mito sea el troglodita gigante Gargantus, enemigo del héroe americano de comic Iron Man (esto es, el Hombre de Hierro). Ese personaje extraño aparece en Tales of Suspense  número 40 (Lee y Bernstein, Abril 1963).

 Gargantus ha venido a destruir todo lo americano.
¿Podrá detenerle el Hombre de Hierro?

La simple descripción aseptica del argumento del tebeo en el que aparece ese personaje no puede dejar indiferente:

El Hombre de Hierro encuentra un pueblo, Granville, donde los habitantes parecen tener el cerebro lavado y construyen un muro alrededor de su villa. Los habitantes del pueblo atacan al héroe y muestran el terror que les infunde su "lider", Gargantus. Ese villano resulta ser un gigantesco Neandertal al que los ciudadanos de Granville han construído una estatua en la plaza del pueblo, ante la que se postran en adoración. Cuando aparece, Gargantus trata de hipnotizar al Hombre de Hierro y le ataca con su cachiporra.


El héroe descubre que Gargantus es realmente un robot gigante, lo derrota, y expone a sus dueños: unos pequeños y malvados alienígenas verdes, que huyen en su platillo, al verse descubiertos.


Finalmente, el lector descubre que Gargantus tenía forma de Neandertal porque los alienígenas habían estado en la tierra hace 80.000 años, y habían diseñado a su instrumento de dominación según el "modelo" que vivía entonces.

Dejando a un lado lo extravagante y psicodélico de todo el argumento, ese comic destila una gran cantidad de interesantes simbolismos. Parte de ellos han sido diseccionados, con acierto, en un artículo de P. Fellman, en la revista Voces Novae de la Universidad Chapman.

Fellman señala en primer lugar la referencia al muro alrededor del pueblo (es 1963, y el Muro de Berlín se empieza a construir en 1961). Gargantus es un poder "alienígena" que lava el cerebro de la gente y usa el terror para la dominación, es decir, como los comunistas. Aparece, en la estatua de Gargantus, un elemento de culto a la personalidad (lo que recuerda al estalinismo). Y por último, están los pequeños aliens verdes, la rastrera verdad detrás del "poderoso" mito (digase Gargantus digase Partido Comunista o Stalin). Al marcharse, los alienígenas espetan: "(los americanos) son demasiado listos para que podamos conquistarles".

La versión hispana de Gargantus puede resultar especialmente bizarra.

En un marco más general, el Hombre de Hierro de los años 60 simboliza el ideal de patriota armado americano: Es un optimista empresario tecnológico, que usa sus recursos, fruto de su éxito profesional (individualismo, competencia), para defender activamente a su nación (patriotismo), de enemigos como Gargantus y otros seres bizarros (es decir, el Comunismo, en todas sus versiones).  

A mi modo de ver, Gargantus también representa un uso muy nítido del mito del Neandertal brutal y primitivo. Se toman esos rasgos, muy presentes en la psique colectiva, y se utilizan para denostar la ideología enemiga, la soviética. Se presenta al villano Gargantus (con todos esos rasgos negativos) en contraposición al paladín, el  Hombre de Hierro: moderno, desarrollado, fruto del progreso, norteamericano. Es interesante ver cómo se imbrica esa formulación clásica del prejuicio Neandertal con la mitología americana de la Guerra Fría.

Gargantus aparece retratado como un cavernícola extremadamente estereotipado (con taparrabos de piel y una enorme cachiporra) pero sus rasgos faciales son claramente Neandertales (es decir, están basados en las reconstrucciones y recreaciones que existían en la década de los 60). Es interesante la referencia cronológica, que sitúa hace 80.000 años el momento en que Gargantus fue concebido por sus amos extraterrestres, a imagen y semejanza de los hombres de aquel pasado. 

Esa cronología puede ser vista como una vuelta de tuerca más al prejuicio contra el H. neanderthalensis, aunque, en mi opinión, está más relacionado con un mito en la raiz del concepto "Neandertal Bruto": Me refiero al Mito del Progreso. A mi parecer, la idea de fondo de los guionistas del tebeo es esta: desde hace 80.000 años el hombre ha evolucionado físicamente y ha progresado culturalmente, y la culminación de la evolución queda plasmada en los ideales americanos. Por el contrario, haciendo balance de lo que hemos ido viendo, podríamos concluir que el comic transmite la impresión de que el mundo comunista sería, claramente, una involución "neandertaloide" del ser humano.

Fellman, P. (2010): "Iron Man: America's Cold War Champion and Charm against the Communist Menace". Voces Novae: Chapman University Historical Review, Vol. 1, N. 2. pp. 11-22.

miércoles, 9 de junio de 2010

Altamira: Pan para hoy, desastre para mañana

De forma excepcional, hoy propongo un post que no trata sobre el Hombre de Neandertal. Lo hago para protestar por una decisión bastante absurda, que me afecta como cántabro, y me preocupa como arqueólogo. También, porque me siento inclinado a solidarizarme, como miembro del CSIC, con el equipo científico implicado en el asunto, que fue muy crítico con la posibilidad de reabrir la Cueva de Altamira.

Expongo el tema muy brevemente: El Gobierno de España y el de la comunidad autónoma donde nací, Cantabria, a través del Patronato de Altamira (una cueva que es Patrimonio de la Humanidad, y está considerada la "Capilla Sixtina del Arte Cuarternario") han dedidido re-abrir al público la cavidad.

Esta medida se toma a pesar las recomendaciones explícitas, en contra de esa medida, del equipo del CSIC encargado de valorar y vigilar la conservación de Altamira. Si que cuentan con el beneplácito de una comisión de expertos elegida "a dedo" y que no ha formado parte del equipo que estudia la cueva. La decisión se toma en un marco de crisis económica en el que el circuito turístico cántabro, en particular el Museo de Altamira y la "Neocueva", viene sufriendo una importante mengua de visitantes. 

Sautuola, y después Breuil, Carthaillac y otros expertos, hicieron hermosos calcos y dibujos de Altamira. 
¿Durará más la imagen en papel cebolla que las  pinturas sobre piedra?  

Mi valoración, por no extenderme, también será breve: Me parece lamentable someter a intereses de tan corto plazo (el relanzamiento turístico coyuntural de la zona) la conservación de las pinturas de Altamira, un documento histórico y artístico único en el mundo.

Hoy, no parece haber una buena solución al problema que hace peligrar las pinturas: proliferación de microorganismos por la presencia de visitantes. Hay dos opciones posibles: Abrir la cueva y arriesgarse a que se destruyan las pinturas, o cerrarla para conservar las pinturas e investigar posibles soluciones. No hace falta ser una lumbrera para escoger la correcta.

EDITADO 20/6/10 20:11 horas: Una nota internacional de la agencia de noticias Associated Press recoge la noticia de la apertura de la cueva. Leyendo la información, parece obvio que la decisión pone en riesgo el Patrimonio de la Humanidad. Eso ya lo sabía, pero me ha llamado la atención otra cosa: La noticia transmite la impresión (¿acertada?) de que España es más una república bananera que un estado moderno y democrático. Sobre todo, por las declaraciones del Presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, contrariado por tener que explicar a sus amiguetes de las altas esferas "que no pueden entrar" y visitar Altamira.  

lunes, 7 de junio de 2010

Genoma Neandertal III: Erik Trinkaus o el "Gracias, pero me da igual"

Entre las reacciones más llamativas a la publicación del borrador del Genoma Neandertal, destaca la del paleoantropólogo Erik Trinkaus, de la Universidad Washington en Saint Louis. Su respuesta a las conclusiones de ese estudio ha sido (parafraseando) gracias, pero ya lo habíamos dicho. Trinkaus acepta las conclusiones del artículo, que coinciden con buena parte de sus propuestas, pero critica sin contemplaciones las bases del estudio.

Erik Trinkaus es un paleoantropólogo especializado en la anatomía de los Neandertales (es profesor universitario de antropología física, y debe de ser una de las personas vivas que más restos de Neandertal ha estudiado personalmente). Sus aportaciones al conocimiento de la biomecánica y los rasgos del Hombre de Neandertal han sido más que notables. Su enfoque de investigación defiende el uso tanto de la antropología física como de la arqueología (estudio de la cultura material). El objetivo sería reconstruir los rasgos propios de los humanos y de las sociedades pleistocenas, y entender así el origen de la llamada "modernidad" del comportamiento.

Hace unos años Trinkaus era un notable defensor de la Teoría Multirregional del origen de los humanos modernos. En los últimos años ha matizado bastante sus teorías para adaptarlas a los nuevos descubrimientos. Eso si, siempre ha defendido la existencia de una hibridación entre las poblaciones "modernas" africanas, y las poblaciones neandertales, tanto en Oriente Medio como en Europa Central y Occidental.

Entre los logros más notables de Trinkaus está el haber demostrado que los Neandertales caminaban erguidos y de manera eficiente (y no arrastrando los pies, como achaparrados y novelescos jorobados).

Le debemos un loable intento de desmitificar el canibalismo Neandertal, demostrando en un estudio que muchas de las supuestas pruebas no eran tales. También, al identificar restos de Neandertales "recientes" en toda Europa, ha colaborado activamente a la aceptación de que los Neandertales sobrevivieron hasta etapas avanzadas del Paleolítico (hasta hace, al menos, unos 30.000 años).   

Sus declaraciones sobre el Genoma Neandertal han sido recogidas en una entrevista realizada para la revista Quo, en el marco de un especial sobre el Genoma Neandertal, que se puede leer aquí.

Trinkaus, en esa entrevista, se muestra realmente molesto con el trabajo del Genoma Neandertal, aunque las conclusiones de ese estudio avalan una parte de sus tesis. Sus críticas van en dos direcciones: La muestra utilizada y un supuesto "prejuicio" de los autores, contra los Neandertales europeos.

En lo que se refiere a la muestra, Trinkaus critica su exiguo tamaño: sólo tres individuos Neandertales y cinco humanos modernos. Señala también que se trata de "supuestos" Neandertales (ya que no hay determinación anatómica de los huesos de los que se ha extraído el ADN).

En este sentido, creo que Trinkaus tiene objetivamente razón: la muestra es muy pequeña, aunque algo mayor de lo que él dice, sumando los restos de Feldhofer y El Sidrón. Pero equivoca su juicio al afirmar que eso es un demérito del conjunto del estudio.

El tamaño de una muestra está en relación directa con el diseño de la investigación, y es relevante en una situación concreta: si, para responder a las preguntas que tienes, sólo te sirve tener una muestra de un determinado tamaño, que no tienes a tu disposición.

Pero, precisamente, las preguntas que se hacen a la evidencia, en el caso del Genoma Neandertal, han sido diseñadas para obtener respuestas convincentes, a pesar -y a sabiendas- de que el tamaño de la muestra es muy pequeño. Es decir, se han elegido estrategias de análisis, y se han mirado aspectos determinados, que pueden dar bastante información, convincente, con un número muy escaso de "ejemplares".

Por otro lado, en lo que se refiere a la falta de identificación de los restos, es una verdad a medias. Por un lado, es cierto que los restos de Vindija no tienen una determinación anatómica, y no se puede saber (por los fragmentos) si son realmente neandertales.


Sin embargo, Trinkaus parece olvidar que determinadas porciones del ADN neandertal (por ejemplo, el mitocondrial, pero también regiones del nuclear) están realmente bien documentadas desde hace tiempo. De ese modo, los investigadores han podido comparar la evidencia genética de los nuevos restos de Vindija con evidencias genéticas de Neandertales de toda Eurasia. A esto se añade que han desarrollado toda una serie de métodos redundantes para caracterizar y separar la contaminación por ADN "moderno".  Así, aunque siempre quedan dudas razonables, la elección de las palabras "supuestos neandertales", por parte de Trinkaus, quizás no sea muy afortunada. Finalmente, los restos de Feldhofer (también estudiados en el artículo del Genoma) sí que tienen determinación clara: De hecho, son el fósil "original" neandertal.


La otra crítica de Trinkaus se refiere al prejuicio contra los Neandertales europeos. Los estudios de este autor apuntan a una hibridación importante en toda Eurasia, entre modernos y Neandertales. Esa mezcla se daría también en Europa occidental.

Por eso ataca a los investigadores del Genoma Neandertal, que "utilizan un argumento muy enrevesado para contradecir la hibridación europea". En este punto, creo que Trinkaus apunta a un hecho que tiene cierta razón de ser: Se trata del modelo de Surf-wave, planteado por los autores del estudio genético, para explicar la amplia distribución, en cuatro continentes, de nuestra herencia Neandertal. Ese modelo defiende una hibridación que implica a  pocos individuos, y tiene lugar en una zona (Oriente Medio) y un momento (entre hace 80.000 y 60.000 años) concretos.

Por un lado, parece lógico pensar que, si no se postulara ese modelo Surf-wave, la única forma de explicar la herencia neandertal en todos los no-africanos, sería aceptar una hibridación y un flujo genético más amplios. Ese flujo sería mucho mayor que el deducido por los genetistas. Es decir, apoyaría la tesis de Trinkaus.

Por otro lado, también es razonable pensar que esas opciones (modelos alternativos de población, intercambio y flujo genético) han sido consideradas y descartadas por los autores del borrador del Genoma Neandertal. De hecho, afirman que su modelo es, en sus simulaciones, el que mejor se ajusta a los datos genéticos obtenidos.

Una lección de fondo sobre este tema, que guardo para mí, es lo bueno que puede ser ejercitar un cierto realismo, que sea humilde y crítico a la vez. Lo que dice Trinkaus, en la entrevista de Quo, es crítico y en parte muy acertado, pero a la vez, resulta muy poco humilde.

Hay algo que está claro: Lo que sabemos sobre nuestros orígenes, sobre las poblaciones humanas del Pleistoceno, es muchísimo menos de lo que nos queda por saber. Por supuesto, se han dado pasos de gigante, desde que Schaafhausen estudiara el craneo de Feldhofer en 1857. Sin embargo, no por eso podemos pensar que el estudio genético de tres (o cinco) individuos Neandertales va despejar todas las incognitas sobre esas poblaciones. El trabajo que queda por hacer es ingente, monumental.

Por otra parte, contradiciendo a Trinkaus, tampoco podemos despreciar la gran cantidad de información que proporciona el Genoma Neandertal, en comparación con estudios anteriores, basados en huesos fósiles y mediciones anatómicas.

Referencias

Trinkaus, E., 1975: "A functional analysis of the Neanderthal foot" (Dissertation).

Trinkaus, E. 1982: "Cannibalism and burial at Krapina", Journal of Human Evolution, Volume 14, Issue 2. pp. 203-216.

Imágenes: Dr. Johannes. Max Planck Institue for Evolutionary Anthropology. Fuente: Exploratorium.