lunes, 2 de abril de 2012

El Chatelperroniense (II): Las evidencias de (el norte de) la Península Ibérica

ResearchBlogging.org Introducción

En este segundo post sobre el Chatelperroniense quiero presentar las evidencias de esta cultura arqueológica, asociada a los últimos Neandertales, que se conocen en la Península Ibérica. Para ello, el trabajo que utilizaré como referencia básica es un artículo de J. Ríos Garaizar sobre el Chatelperroniense de Labeko Koba (2008), en el que también revisa las evidencias de esa cultura en la región cantábrica. Para la parte de los Pirineos orientales, la referencia que sigo es el trabajo de síntesis de J. Zilhao de 2006. Y ambos artículos se pueden complementar con la reciente revisión de M. de Andrés Herrero (2009).

Puede sorprender que, después de mencionar la Península Ibérica, sólo haga referencia a los Pirineos y la región cantábrica, pero lo cierto es que las evidencias de Chatelperroniense están limitadas a esa estrecha franja del extremo septentrional de la Península.

Labeko Koba y la evidencia arqueológica

El trabajo de Ríos Garaizar al que me refería recoge el estudio de la industria lítica de un nivel Chatelperroniense, de Labeko Koba, una cueva que fue excavada en su totalidad antes de desaparecer bajo el crecimiento urbano de Arrasate-Mondragón. El trabajo se centra en la tecnología lítica utilizada para producir el utillaje y, sobre todo, en el análisis traceológico, de las huellas que deja el uso de las herramientas. Como resultado, el autor caracteriza un sistema de gestión de la industria basado en:

  • El recurso a un sílex importado y a la talla laminar, para la producción de soportes en el yacimiento, así como la aportación de algunos útiles, como las puntas de Chatelperrón, fabricados en otro lugar. Se trataría en conjunto de unas tareas puntuales de producción y mantenimiento de ese utillaje de sílex, buena parte del cual, junto con los núcleos, sería después exportado del sitio (sólo aparecen allí restos de talla y parte de la producción).
  • El uso de las herramientas sobre diversas materias y en diferentes tareas. En ese sentido hay una relación entre los útiles sin retocar y los trabajos de corte, los útiles retocados en general y las tareas de raspado, y las puntas de Chatelperrón y las actividades de caza. La baja intensidad de uso, y la variedad de tareas trabajadas (piel, hueso, carcasas animales, y asta o madera) sugieren unas tareas de mantenimiento del utillaje (¿y ropa?) junto con el despiece puntual de algunos animales cazados. También es interesante la observación de que, además de las láminas, se utilizan las lascas obtenidas como sub-productos de la talla, y a menudo en las tareas más intensas.  

Punta chatelperroniense con huellas de impacto (según Rios Garaizar 2008)

Al poner esta información en relación a otras evidencias, sobre todo las obtenidas del estudio de la fauna, el autor propone que se trata de una ocupación efímera o breve, en la que la caza tiene un papel importante. En sus propias palabras:  

"...datos que apuntan a que en la ocupación de Labeko Koba los humanos aprovechan las carcasas animales que ellos mismos han cazado (probablemente ciervo y reno), y se reparar el instrumental óseo y lítico portado por los cazadores".

Y, en términos de estrategias más generales, a la hora de planificar la explotación del territorio, lo que se aprecia es que se trata de un sistema basado en el aprovisionamiento de grupos móviles, con un utillaje ya conformado y con núcleos de sílex para la talla laminar, que sirven para fabricar el utillaje que va a ser necesario en las distintas tareas.

El Chatelperroniense cantábrico

Aunque Labeko Koba es uno de los sitios que cuenta con un estudio más completo de las evidencias Chatelperronienses, con una estratigrafía clara y poco problemática, también hay otros yacimientos en los que existen, o al menos se han propuesto, ocupaciones de la misma cultura.

Entre los niveles con ocupaciones más importantes y evidencias más claras, estarían Gatzarria -ya en Francia- y Cueva Morín. Otros casos, con ocupaciones más efímeras o poco claras, serían Ekain y (aunque Rios Garaizar no lo menciona) La Güelga, en Asturias.

Rios Garaizar propone, como rasgos comunes a las ocupaciones, el recurso a una talla laminar bipolar sobre sílex, de soportes rectos de tamaño pequeño y mediano. Esta talla se complementaría, en las ocupaciones más estables o prolongadas (como Morín y Gatzarria), con una talla de lascas autónoma, que puede hacerse en otras materias primas distintas del sílex (como la cuarcita, el cuarzo o la ofita). Mientras que en las ocupaciones más efímeras, lo que se detecta (como en Labeko Koba) es un aprovechamiento de las lascas obtenidas como sub-productos y desechos de la talla laminar.

En líneas generales, los rasgos tanto de las ocupaciones como de las estrategias más generales coinciden con las características del Chatelperroniense de Francia, que vimos en la nota anterior dedicada a esta cultura material. La principal diferencia vendría dada por la ausencia, por el momento, de utillaje óseo y de colgantes en la Península (aunque en Gatzarria y Labeko Koba hay algunos restos de industria ósea, y es cierto también que los colgantes sólo aparecen en unos pocos sitios de Francia).

Los sitios del Pirineo oriental

Además de los yacimientos cantábricos, en el territorio de la actual Cataluña se han propuesto varios casos de yacimientos con materiales Chatelperronienses, como los casos de L'Arbreda, Ermitons y Reclau Viver; y ya en la vertiente norte de los Pirineos, Caune de Belvis.

Para estos casos, Maroto et al. (2001-2002), han propuesto que se trata de un Musteriense tardío, cuya industria lítica sigue basándose en la talla de lascas sobre materias de origen local, y que incorporaría como única novedad esas puntas de Chatelperrón, que aparecen en número muy escaso.

Por otra parte, un problema añadido para esta zona es que varias de las evidencias presentadas como puntas de Chatelperrón, al contrario que la mayoría de las del cantábrico, sólo cumplen unos criterios morfológicos y de retoque muy laxos. Y los contextos estratigráficos son aún más complejos y poco claros.

"Puntas de Chatelperrón" de Reclau Viver: 1 à 3; Arbreda: 4 à 7; Belvis: 8; Ermitons: 9. Según Maroto et al. (2001-2002). 

Recogiendo en parte esos argumentos, y también el hecho de que las puntas/cuchillos de L'Arbreda responden a una talla laminar y están fabricados en sílex importado, Zilhao (2006) propone que se trata de unos pocos materiales chatelperronienses, que responden a unas ocupaciones muy efímeras, que simplemente se yuxtaponen con el Musteriense local (no forman parte de él).

Valoración final

A título personal, y haciendo balance de la cuestión, creo que la situación actual revela la existencia de un Chatelperroniense claro en la región cantábrica, si bien limitado a unos pocos sitios. Quizás, también, podría hablarse de un cierto papel marginal con respecto al área central del mismo, situada en el actual territorio del S-O francés.

Creo que un avance significativo ha venido con trabajos como los de Ríos Garaizar, que suman, a los razonamientos tipológicos, "todo lo demás": es decir, el estudio de las evidencias en su conjunto, para entender la organización de la explotación territorial y los modos de vida de esos grupos neandertales. Creo que esas visiones nos permiten empezar a explicar mejor como eran aquellas sociedades.

En cuanto a la cuestión del Pirineo oriental, parece claro que presenta un panorama distinto del que veíamos para la zona cantábrica.  Los "fósiles directores" chatelperronienses aparecen en escasos sitios, y están limitados a unos pocos objetos, sin que parezca que tengan continuidad con el resto de las evidencias de esos mismos lugares. Y en cuanto al porqué ocurre eso, me inclino ligeramente por la visión de Zilhao, si bien la propuesta de Maroto et al. no puede ser descartada del todo.  

Referencia de Research Blogging

Joseba Ríos Garaizar (2008). Nivel IX (Chatelperroniense) de Labeko Koba (Arrasate -Gipuzkoa): gestión de la industria lítica y función del sitio Munibe (Antropologia-Arkeologia) (59), 25-46

Bibliografía

Ríos Garaizar, J. (2008): "Nivel IX (Chatelperroniense) de Labeko Koba (Arrasate -Gipuzkoa): gestión de la industria lítica y función del sitio". Munibe (Antropologia-Arkeologia) nº 59, pp. 25-46.

Andrés Herrero, M. (2009): "El Chatelperroniense en la región cantábrica. Estado de la cuestión". Munibe (Antropologia-Arkeologia) nº 60, pp. 35-50.

Maroto, J., Ortega, D., y Sacchi, D. (2001-2002): "Le Moustérien tardif des Pyrénées méditerranéennes". Préhistoire Anthropologie méditerranéennes, nº 10-11, pp. 39-52.

Zilhao, J. (2006): "Chronostratigraphy of the Middle-to-Upper Paleolithic Transition in the Iberian Peninsula". Pyrenae, v. 37, nº 1, pp. 7-84.

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