Y van ocho mini-ensayos...
Y seguimos con la serie dedicada a la colección de mini-ensayos What makes us human? Answers from Evolutionary Anthropology. A modo de breve recordatorio, comentar que se trata de diez artículos cortos, coordinados por J. M. Calcagno y A. Fuentes, en la que varios antropólogos y antropólogas tratan de responder a la complicada cuestión de ¿Qué nos hace humanos?
En esta entrada, vamos a revisar el octavo ensayo, firmado por Karen R. Rosenberg, y titulado "How we give birth contributes to the rich social fabric that underlies human society". O, en una traducción aproximada: "Cómo damos a luz contribuye al rico tejido que subyace a la sociedad humana".
Lo humano no es esencial. Pero quizás si es particular.
Como otros autores de esta serie, Rosenberg comienza comentando que sería fútil buscar una esencia o unicidad de "lo humano". No obstante, como muchos otros de sus colegas, también considera que la búsqueda de semejanzas y diferencias con otros primates puede ayudar a entender aspectos importantes de lo que llama "la adaptación humana" (y yo entiendo que se refiere a nuestro camino evolutivo, y adaptativo, más específico).
La autora presenta, a modo de base sobre la que se asienta su propuesta particular, las ideas de Sarah Hrdy (y que hemos visto en el séptimo post de esta misma serie) sobre la crianza cooperativa de la descendencia en los humanos. Esa propuesta de Hrdy está basada en dos aspectos: Padres (en el sentido masculino del término) que se implican en el cuidado de la descendencia, y cuidado aloparental de la descendencia, por parte de otros miembros del grupo, no necesariamente parientes directos.
Lo propio de Rosenberg:
Aunque no lo deja del todo claro, entiendo que Rosenberg hace suyas también las consecuencias sociales que derivan de la propuesta de Hrdy. A partir de esas premisas, esta autora ofrece otros mecanismos adaptativos distintos, como centro de su propia propuesta.
En particular, la autora considera que buena parte de la tendencia innata de los seres humanos a la cooperación y al desarrollo de vínculos emocionales tiene su origen en el modo en que han evolucionado el embarazo, el parto y la lactancia.
Del parto humano, Rosenberg destaca que es particularmente complicado, y que la colaboración de una persona que ayude al parto implica incrementos muy importantes en las posibilidades de supervivencia de la madre y el neonato.
En los términos más generales (embarazo y lactancia) la autora razona que los grupos humanos tienden (¿universalmente?) a ayudar a las mujeres embarazadas y a las que tienen hijos lactantes, proveyéndolas de alimentos, compartiendo la carga de trabajo, y proveyendo de cuidados aloparentales.
Todo esto, en términos adaptativos, implica que el camino propiamente humano pasó por la intensificación de las estrategias de cuidados de las embarazadas, parturientas y madres con neonatos y lactantes.
Esa intensificación tendría consecuencias directas en el éxito reproductivo de individuos y grupos. Y además permitiría el nacimiento de neonatos "indefensos", que siguen creciendo a tasas fetales (muy altas) tras el parto. Lo que a su vez permitiría un mayor desarrollo de la capacidad cerebral y del desarrollo cognitivo de esos neonatos.
¿Solo ellas?
Por último, cabe señalar que al final del mini-ensayo, la autora parece centrarse en el papel predominantemente femenino de esos cuidados compartidos:
"The relationships women form with one another as a result of sharing of effort create intense emotional bonds that form one underpinning of the uniquely complex extended family and non-family social networks universal to humans."
Lo cual reconozco que es intuitivo, pero no está explicado ni razonado, y me parece un salto lógico importante. No es que no crea que puede ser así, simplemente es que no aparece argumentado (al menos, en este mini-ensayo).
Valoración
En general, creo que la propuesta de la autora, Karen R. Rosenberg, es más que interesante, porque permite relacionar algunos aspectos muy relevantes de las adaptaciones humanas (aumento de la capacidad craneal, desarrollo cognitivo, cambios en el parto, ontogenia infantil, etc).
Pero sobre todo, me parece especialmente valioso el esfuerzo para poner esos aspectos metabólicos, bio-mecánicos y adaptativos en un marco social, de relaciones, y también mental y emocional, que es igual de importante (si no más), pero a menudo es obviado o dejado de lado en este tipo de estudios (probablemente, por lo difícil que resulta, a priori, aprehender esos aspectos).
Como puntos que yo veo menos claros, me parece que Rosenberg da por válidos unos cuantos hipotéticos "universales" del comportamiento humano. Por ejemplo: que las mujeres son universalmente ayudadas por otros miembros del grupo durante tanto el embarazo, como el parto, y después durante la lactancia. O, también, la preeminencia universal de las relaciones femeninas en ese ámbito de cooperación. Una vez más, no digo que no puedan ser correctos, pero como evidencia científica, requeriría algo más que el puro pensamiento intuitivo de que "es así".
Las madres neandertales
Considerando en términos neandertales la propuesta de Rosenberg, lo primero que cabría señalar es esto: el caso de las madres de H. neanderthalensis , y de los cuidados recibidos por estas y por su descendencia, no tendría que ser, a priori, significativamente distinto del de la humanidad moderna.
Esto se deduce de que, como en varias de las propuestas anteriores, el momento en que estos supuestos mecanismos adaptativos comenzaron tuvo que ser muy temprano (i. e. en el Plio-pleistoceno africano). Por tanto, compartiríamos con los neandertales el grueso de esas adaptaciones, tanto en lo más físico, como en los aspectos sociales y emocionales (y de parentesco).
Por otra parte, si nos preguntamos qué aproximaciones ha habido a estas cuestiones en el campo del estudio de los Neandertales, lo primero que salta a la vista es que han primado los trabajos que abordan la ontogenia y la reproducción desde un punto de vista estríctamente bio-mécánico y/o energético, sin que se haya dado importancia a todo lo que rodea a ese campo: los obvios aspectos sociales, emocionales, de parentesco, etc, que deben subyacer necesariamente a los aspectos puramente "bio-mecánico-energéticos".
El aumento cerebral en relación a la ontogenia infantil sería la consecuencia física más importante de la "gestión de la natalidad humana" propuesta por Rosenberg. Sobre ese tema del aumento de la capacidad craneal, ya hemos visto en posts anteriores, como el IV de esta serie, que:
"...Neandertales y HAM compartieron la mayor parte de los cambios que la evolución produjo en sus cerebros, y en el desarrollo ontogenético de los mismos".
Recordar simplemente que algunos autores destacan, sobre todo, los parecidos entre Neandertales y nosotros (Leigh 2012), y otros las diferencias, sutiles pero importantes, como es el caso del trabajo de Neubauer y Hublin (2012). Pero esas diferencias entre Neandertales y Humanos Anatómicamente Modernos (HAM) en el desarrollo del cerebro infantil, no afectarían de manera significativa al tamaño del cráneo al nacer. Es decir, que los Neandertales tenían, en el momento del parto, cráneos igual de grandes que los de la humanidad actual al nacer.
Parto (también) con dolor
Esto enlaza con otro trabajo de 2009, precisamente del propio J.-J. Hublin (esta vez con T. Weaver). Ese estudio trata de abordar las diferencias en el parto entre Neandertales y HAM, y sus principales conclusiones son dos: La primera, que el parto de las madres Neandertales debía ser igualmente complicado y difícil, con riesgos similares al parto "moderno". Y la segunda, que el mecanismo de parto no era exactamente el moderno, sino una versión más similar a la primitiva. Es decir, que el parto neandertal era del tipo común a los otros Homo del Plio-Pleistoceno. Y es diferente (según Weaver y Hublin) sólo el parto en los HAM. Su conclusión es, por tanto, que el parto "moderno" es una característica derivada muy reciente, en términos evolutivos. Esto estaría en línea con sus ideas generales de que la especiación de los HAM es un fenómeno reciente y discreto.
En todo caso, recogiendo las propuestas de Rosenberg en términos de cooperación necesaria y sociabilidad derivada, los modelos como el de Weaver y Hublin implican que, lo que sucede para las madres HAM, debía suceder para las Neandertales, ya que el parto era igual de difícil. Y, además, el desarrollo de la cooperación y otros factores evolutivos serían anteriores a la especiación neandertal y la propia salida de África del género Homo.
Pero en este campo, con todo lo estimulantes que resultan las propuestas de Hublin y Weaver (2009) creo que hay que tener mucha prudencia. El principal problema es que la base sobre la que se asientan todas las propuestas es una colección misérrima de fósiles, casi todos fragmentarios y deformados al menos parcialmente. Y además son.. pues eso, fósiles (de huesos).
Estamos hablando de quizás media docena de pelvis y canales de parto de individuos probablemente femeninos, que resultan más o menos utilizables para este tipo de estudios, y eso es todo. De hecho, una revisión de los estudios sobre este tema, como es el excelente trabajo de P. O'Neal (1995) puso de manifiesto que, con unos pocos restos, se han hecho todo tipo de interpretaciones, y se han propuesto decenas de hipótesis. Curiosamente, algunas de estas propuestas han venido de la propia Karen R. Rosenberg (1986), quien en su momento hizo hincapié en un posible dimorfismo sexual entre varones y mujeres en los Neandertales, con especial atención a la pelvis.
Otras evidencias complementarias
Como hemos visto, a los estudios sobre los aspectos osteológicos, bio-mecánicos, energéticos, etc., no les ha acompañado un desarrollo similar de las hipótesis más relacionadas con las relaciones sociales, la cooperación entre los individuos, el desarrollo de la familia y el parentesco, y temas similares.
Hay, no obstante, algunos trabajos que han aportado tanto datos como hipótesis interesantes, y que podrían -de cara al futuro- ser una buena base sobre la que cimentar nuevos modelos sobre la maternidad, las relaciones familiares y el cuidado de la descendencia entre los Neandertales.
Como dos buenos ejemplos, tenemos trabajos que vienen -una vez más- desde el estudio del crecimiento y la ontogenia, como el de Martín-González et al. (2012), que estudia las posibles diferencias en los ritmos y tasas de crecimiento de los niños y niñas neandertales, con respecto a los HAM. O, también, otros trabajos que aportan datos desde la genética, abriéndonos un abanico de posibilidades hasta hace poco inimaginables. Este es el caso del estudio de los Neandertales de El Sidrón (Lalueza-Fox, Rosas y de la Rasilla 2012) que ha permitido descubrir detalles fascinantes sobre la organización familiar (con patrilocalidad) de, al menos, esa población.
Sigue leyendo esta serie de posts.
Referencias bibliográficas
Calcagno, J. M., y Fuentes, A. (2012): "What makes us human? Answers from evolutionary anthropology". Evolutionary anthropology, 21, 5, 182-94
Gunz, P., Neubauer, S., Maureille, B., Hublin, J.-J.(2010): "Brain development after birth differs between Neanderthals and modern humans". Current Biology, 20, 21, 921-922.
Lalueza-Fox, C., Rosas, A., de la Rasilla, M. (2012): "Palaeogenetic research at the El Sidrón Neanderthal site". Annals of Anatomy - Anatomischer Anzeiger, 194, 1, 133-137.
Leigh, S. R. (2012): "Brain Size Growth and Life History in Human Evolution". Evolutionary Biology, 39, 4, 587-599.
Martín-González, J. A., Mateos, A., Goikoetxea, I., Leonard. W. R., Rodríguez, J. (2012): "Differences between Neandertal and modern human infant and child growth models." J. Hum Evol., 63, 1, 140-149.
Neubauer, S., Hublin, J.-J. (2012): "The Evolution of Human Brain Development", Evolutionary Biology, 39, 4, 568-586.
Y seguimos con la serie dedicada a la colección de mini-ensayos What makes us human? Answers from Evolutionary Anthropology. A modo de breve recordatorio, comentar que se trata de diez artículos cortos, coordinados por J. M. Calcagno y A. Fuentes, en la que varios antropólogos y antropólogas tratan de responder a la complicada cuestión de ¿Qué nos hace humanos?
En esta entrada, vamos a revisar el octavo ensayo, firmado por Karen R. Rosenberg, y titulado "How we give birth contributes to the rich social fabric that underlies human society". O, en una traducción aproximada: "Cómo damos a luz contribuye al rico tejido que subyace a la sociedad humana".
Lo humano no es esencial. Pero quizás si es particular.
Como otros autores de esta serie, Rosenberg comienza comentando que sería fútil buscar una esencia o unicidad de "lo humano". No obstante, como muchos otros de sus colegas, también considera que la búsqueda de semejanzas y diferencias con otros primates puede ayudar a entender aspectos importantes de lo que llama "la adaptación humana" (y yo entiendo que se refiere a nuestro camino evolutivo, y adaptativo, más específico).
La autora presenta, a modo de base sobre la que se asienta su propuesta particular, las ideas de Sarah Hrdy (y que hemos visto en el séptimo post de esta misma serie) sobre la crianza cooperativa de la descendencia en los humanos. Esa propuesta de Hrdy está basada en dos aspectos: Padres (en el sentido masculino del término) que se implican en el cuidado de la descendencia, y cuidado aloparental de la descendencia, por parte de otros miembros del grupo, no necesariamente parientes directos.
Lo propio de Rosenberg:
Aunque no lo deja del todo claro, entiendo que Rosenberg hace suyas también las consecuencias sociales que derivan de la propuesta de Hrdy. A partir de esas premisas, esta autora ofrece otros mecanismos adaptativos distintos, como centro de su propia propuesta.
En particular, la autora considera que buena parte de la tendencia innata de los seres humanos a la cooperación y al desarrollo de vínculos emocionales tiene su origen en el modo en que han evolucionado el embarazo, el parto y la lactancia.
Del parto humano, Rosenberg destaca que es particularmente complicado, y que la colaboración de una persona que ayude al parto implica incrementos muy importantes en las posibilidades de supervivencia de la madre y el neonato.
En los términos más generales (embarazo y lactancia) la autora razona que los grupos humanos tienden (¿universalmente?) a ayudar a las mujeres embarazadas y a las que tienen hijos lactantes, proveyéndolas de alimentos, compartiendo la carga de trabajo, y proveyendo de cuidados aloparentales.
Todo esto, en términos adaptativos, implica que el camino propiamente humano pasó por la intensificación de las estrategias de cuidados de las embarazadas, parturientas y madres con neonatos y lactantes.
Esa intensificación tendría consecuencias directas en el éxito reproductivo de individuos y grupos. Y además permitiría el nacimiento de neonatos "indefensos", que siguen creciendo a tasas fetales (muy altas) tras el parto. Lo que a su vez permitiría un mayor desarrollo de la capacidad cerebral y del desarrollo cognitivo de esos neonatos.
¿Solo ellas?
Por último, cabe señalar que al final del mini-ensayo, la autora parece centrarse en el papel predominantemente femenino de esos cuidados compartidos:
"The relationships women form with one another as a result of sharing of effort create intense emotional bonds that form one underpinning of the uniquely complex extended family and non-family social networks universal to humans."
Lo cual reconozco que es intuitivo, pero no está explicado ni razonado, y me parece un salto lógico importante. No es que no crea que puede ser así, simplemente es que no aparece argumentado (al menos, en este mini-ensayo).
Valoración
En general, creo que la propuesta de la autora, Karen R. Rosenberg, es más que interesante, porque permite relacionar algunos aspectos muy relevantes de las adaptaciones humanas (aumento de la capacidad craneal, desarrollo cognitivo, cambios en el parto, ontogenia infantil, etc).
Pero sobre todo, me parece especialmente valioso el esfuerzo para poner esos aspectos metabólicos, bio-mecánicos y adaptativos en un marco social, de relaciones, y también mental y emocional, que es igual de importante (si no más), pero a menudo es obviado o dejado de lado en este tipo de estudios (probablemente, por lo difícil que resulta, a priori, aprehender esos aspectos).
Como puntos que yo veo menos claros, me parece que Rosenberg da por válidos unos cuantos hipotéticos "universales" del comportamiento humano. Por ejemplo: que las mujeres son universalmente ayudadas por otros miembros del grupo durante tanto el embarazo, como el parto, y después durante la lactancia. O, también, la preeminencia universal de las relaciones femeninas en ese ámbito de cooperación. Una vez más, no digo que no puedan ser correctos, pero como evidencia científica, requeriría algo más que el puro pensamiento intuitivo de que "es así".
Las madres neandertales
Considerando en términos neandertales la propuesta de Rosenberg, lo primero que cabría señalar es esto: el caso de las madres de H. neanderthalensis , y de los cuidados recibidos por estas y por su descendencia, no tendría que ser, a priori, significativamente distinto del de la humanidad moderna.
Esto se deduce de que, como en varias de las propuestas anteriores, el momento en que estos supuestos mecanismos adaptativos comenzaron tuvo que ser muy temprano (i. e. en el Plio-pleistoceno africano). Por tanto, compartiríamos con los neandertales el grueso de esas adaptaciones, tanto en lo más físico, como en los aspectos sociales y emocionales (y de parentesco).
Por otra parte, si nos preguntamos qué aproximaciones ha habido a estas cuestiones en el campo del estudio de los Neandertales, lo primero que salta a la vista es que han primado los trabajos que abordan la ontogenia y la reproducción desde un punto de vista estríctamente bio-mécánico y/o energético, sin que se haya dado importancia a todo lo que rodea a ese campo: los obvios aspectos sociales, emocionales, de parentesco, etc, que deben subyacer necesariamente a los aspectos puramente "bio-mecánico-energéticos".
El aumento cerebral en relación a la ontogenia infantil sería la consecuencia física más importante de la "gestión de la natalidad humana" propuesta por Rosenberg. Sobre ese tema del aumento de la capacidad craneal, ya hemos visto en posts anteriores, como el IV de esta serie, que:
"...Neandertales y HAM compartieron la mayor parte de los cambios que la evolución produjo en sus cerebros, y en el desarrollo ontogenético de los mismos".
Recordar simplemente que algunos autores destacan, sobre todo, los parecidos entre Neandertales y nosotros (Leigh 2012), y otros las diferencias, sutiles pero importantes, como es el caso del trabajo de Neubauer y Hublin (2012). Pero esas diferencias entre Neandertales y Humanos Anatómicamente Modernos (HAM) en el desarrollo del cerebro infantil, no afectarían de manera significativa al tamaño del cráneo al nacer. Es decir, que los Neandertales tenían, en el momento del parto, cráneos igual de grandes que los de la humanidad actual al nacer.
Parto (también) con dolor
Esto enlaza con otro trabajo de 2009, precisamente del propio J.-J. Hublin (esta vez con T. Weaver). Ese estudio trata de abordar las diferencias en el parto entre Neandertales y HAM, y sus principales conclusiones son dos: La primera, que el parto de las madres Neandertales debía ser igualmente complicado y difícil, con riesgos similares al parto "moderno". Y la segunda, que el mecanismo de parto no era exactamente el moderno, sino una versión más similar a la primitiva. Es decir, que el parto neandertal era del tipo común a los otros Homo del Plio-Pleistoceno. Y es diferente (según Weaver y Hublin) sólo el parto en los HAM. Su conclusión es, por tanto, que el parto "moderno" es una característica derivada muy reciente, en términos evolutivos. Esto estaría en línea con sus ideas generales de que la especiación de los HAM es un fenómeno reciente y discreto.
Reconstrucción virtual de un parto Neandertal con los fósiles de Tabún 1 (madre) y Mezmaiskaya (neonato). Figura 3 en Ponce de León et al. (2008).
En todo caso, recogiendo las propuestas de Rosenberg en términos de cooperación necesaria y sociabilidad derivada, los modelos como el de Weaver y Hublin implican que, lo que sucede para las madres HAM, debía suceder para las Neandertales, ya que el parto era igual de difícil. Y, además, el desarrollo de la cooperación y otros factores evolutivos serían anteriores a la especiación neandertal y la propia salida de África del género Homo.
Pero en este campo, con todo lo estimulantes que resultan las propuestas de Hublin y Weaver (2009) creo que hay que tener mucha prudencia. El principal problema es que la base sobre la que se asientan todas las propuestas es una colección misérrima de fósiles, casi todos fragmentarios y deformados al menos parcialmente. Y además son.. pues eso, fósiles (de huesos).
Estamos hablando de quizás media docena de pelvis y canales de parto de individuos probablemente femeninos, que resultan más o menos utilizables para este tipo de estudios, y eso es todo. De hecho, una revisión de los estudios sobre este tema, como es el excelente trabajo de P. O'Neal (1995) puso de manifiesto que, con unos pocos restos, se han hecho todo tipo de interpretaciones, y se han propuesto decenas de hipótesis. Curiosamente, algunas de estas propuestas han venido de la propia Karen R. Rosenberg (1986), quien en su momento hizo hincapié en un posible dimorfismo sexual entre varones y mujeres en los Neandertales, con especial atención a la pelvis.
Otras evidencias complementarias
Como hemos visto, a los estudios sobre los aspectos osteológicos, bio-mecánicos, energéticos, etc., no les ha acompañado un desarrollo similar de las hipótesis más relacionadas con las relaciones sociales, la cooperación entre los individuos, el desarrollo de la familia y el parentesco, y temas similares.
Hay, no obstante, algunos trabajos que han aportado tanto datos como hipótesis interesantes, y que podrían -de cara al futuro- ser una buena base sobre la que cimentar nuevos modelos sobre la maternidad, las relaciones familiares y el cuidado de la descendencia entre los Neandertales.
Como dos buenos ejemplos, tenemos trabajos que vienen -una vez más- desde el estudio del crecimiento y la ontogenia, como el de Martín-González et al. (2012), que estudia las posibles diferencias en los ritmos y tasas de crecimiento de los niños y niñas neandertales, con respecto a los HAM. O, también, otros trabajos que aportan datos desde la genética, abriéndonos un abanico de posibilidades hasta hace poco inimaginables. Este es el caso del estudio de los Neandertales de El Sidrón (Lalueza-Fox, Rosas y de la Rasilla 2012) que ha permitido descubrir detalles fascinantes sobre la organización familiar (con patrilocalidad) de, al menos, esa población.
Sigue leyendo esta serie de posts.
Referencias bibliográficas
Calcagno, J. M., y Fuentes, A. (2012): "What makes us human? Answers from evolutionary anthropology". Evolutionary anthropology, 21, 5, 182-94
Gunz, P., Neubauer, S., Maureille, B., Hublin, J.-J.(2010): "Brain development after birth differs between Neanderthals and modern humans". Current Biology, 20, 21, 921-922.
Lalueza-Fox, C., Rosas, A., de la Rasilla, M. (2012): "Palaeogenetic research at the El Sidrón Neanderthal site". Annals of Anatomy - Anatomischer Anzeiger, 194, 1, 133-137.
Leigh, S. R. (2012): "Brain Size Growth and Life History in Human Evolution". Evolutionary Biology, 39, 4, 587-599.
Martín-González, J. A., Mateos, A., Goikoetxea, I., Leonard. W. R., Rodríguez, J. (2012): "Differences between Neandertal and modern human infant and child growth models." J. Hum Evol., 63, 1, 140-149.
Neubauer, S., Hublin, J.-J. (2012): "The Evolution of Human Brain Development", Evolutionary Biology, 39, 4, 568-586.
O'Neal, P. (1995): "The Neandertal Pelvis with Attention to It's Obstetrical Significance". Totem: The University of Western Ontario Journal of Anthropology, 2, 1, 47-43.
Ponce de León, M., Golovanova, L., Doronichev, V., Romanova, G., Akazawa, T., Kondo, O., Ishida , H., Zollikofer, C. (2008): "Neanderthal brain size at birth provides insights into the evolution of human life history". PNAS, 105, 37, 13764-13768.
Weaver, T. D., Hublin, J.-J. (2009): "Neandertal birth canal shape and the evolution of human childbirth". PNAS, 106, 20, 8151-8156.
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