lunes, 21 de septiembre de 2009

La organización de los campamentos Neandertales


Algunos autores (Stinger & Gamble, Mellars, Rivera), en el marco de la comparación entre humanos modernos y Neandertales, han afirmado que estos últimos tenían una organización muy simple del espacio doméstico. Simple en el sentido de instintivo, al modo del cubil de los carnívoros o los nidos de los primates. Esos autores sitúan al Neandertal en algún punto intermedio entre “lo humano” y lo puramente instintivo. El punto concreto en que se sitúa varía entre los autores.


En ese tipo de argumentaciones, los rasgos más humanos serían la flexibilidad y la complejidad a la hora de establecer los lugares de habitación (campamentos). Y también la presencia de espacios que reflejen las interacciones sociales de los individuos y los grupos. Los rasgos de homínidos arcaicos serían, por el contrario, el establecer modelos simples y repetitivos de ocupación y con poca evidencia de interacción social.


Con diverso grado de error, en lo que respecta a las capacidades de los neandertales (unos homínidos supuestamente arcaicos), estos autores concluyen que las sociedades de cazadores-recolectores de los humanos modernos son más complejas, adaptables y flexibles que las poblaciones neandertales.


Esta hipótesis, sin embargo no se sostiene con la evidencia material (obtenida por la arqueología), y en particular, los datos de las últimas décadas.


Ya desde principios de los años sesenta se publican datos que sugieren, con fuerza, que los Neandertales no son homínidos arcaicos de comportamiento simplista. En el nivel X de la Grotte du Renne, en Arcy-Sur-Cure, Leroi-Gourham excava una ocupación Chatelperroniense.


Allí encontraron los restos de una estructura de habitación (una choza o cabaña) bien estructurada, con delimitación del espacio, zona de hogares, agujeros de poste... Tenía todos los rasgos que cabría esperar, en la organización espacial, de una vivienda de cazadores-recolectores “etnográficamente conocidos” (actuales o sub-actuales).


Ante este tipo de evidencias, algunos proponen que los neandertales quizás sólo fueran “algo menos capaces”, de forma que serían capaces de imitar los comportamientos de los humanos modernos con los que iban entrando en contacto (a inicios del Paleolítico superior). Esta teoría de la “aculturación del primo tonto” choca con la evidencia cronológica y las dataciones.


Los estudios demuestran, sin demasiadas dudas que, allí donde se da el Chatelperroniense, u otras culturas de P. Superior asociadas con Neandertales, la llegada del Auriñaciense (asociado a Humanos modernos) es siempre, como mínimo, uno o dos milenios posterior. Además, aunque fuera correcta la hipótesis, la aculturación no es sinónimo de “inferioridad cognitiva”, sino al contrario (de igualdad).


Grotte-du-Renne es una evidencia muy sólida para el Paleolítico superior inicial, para el Chatelperroniense, porque además ha dado colgantes e industria ósea. Pero entonces, que pasa en el Paleolítico medio: ¿Eran los Neandertales, hasta hace 40.000 años, esos homínidos arcaicos que se han descrito, viviendo en “nidos” o “cubiles”? La evidencia tampoco apoya esa hipótesis.


En toda Europa se han excavado y analizado yacimientos Neandertales que muestran estrategias flexibles y complejas de organizar el hábitat doméstico, pero con casi toda seguridad, el más importante de esos lugares está en Cataluña (España): Se trata del Abric Romaní.



Este abrigo es un yacimiento excepcional en cuanto a la conservación de los restos. El vertido natural y periódico de aguas con carbonato cálcico sobre la superficie del suelo del abrigo ha ido creando capas superpuestas de colada estalagmítica, que conservan con gran integridad los restos de las ocupaciones neandertales. Los excavadores de este abrigo han encontrado al menos 27 niveles arqueológicos distintos, y todavía no se ha llegado al fondo de la secuencia. La estratigrafía va desde hace (un mínimo de) 70.000 años, hasta hace 40.000 años.


En Abric Romaní se han hallado cientos de hogares domésticos, en sus distintos niveles, muy bien conservados. Para entender cómo organizaban su espacio doméstico los Neandertales, los investigadores han usado el estudio de los hogares como el elemento central. Han estudiado sus dimensiones, su posición en el abrigo y las relaciones entre unos y otros, en cada nivel. Además han estudiado como se distribuyen los restos líticos, de fauna y de otras materias (como los pseudomorfos de madera y la madera carbonizada) con respecto a los hogares. Por último, se han comparado los distintos niveles entre sí.



La conclusión final de los investigadores (Vaquero, Rando & Chacón, y Vaquero & Chacón, 2007) es que no existen diferencias de ningún tipo, en cuanto a complejidad, adaptabilidad, flexibilidad en la organización de los campamentos, entre los Neandertales y los cazadores-recolectores que se han estudiado etnográficamente. Además, las estrategias de ocupación del espacio doméstico cambian a lo largo del tiempo, dando lugar a configuraciones muy diferentes, lo que nos habla de cambios sociales de tipo histórico: los grupos van cambiando socialmente, en su estructura, y en su forma de organizarse, y eso se refleja en la distribución espacial de las ocupaciones.


2 comentarios:

Joseba dijo...

Te recomiendo tambien el trabajo de Bourguinon et al en el yacimiento de la folie:
http://www.inrap.fr/archeologie-preventive/Decouvrir/Multimedias/Visites_virtuelles/Neandertal/p-1498-Neandertal.htm

Millán Mozota dijo...

Me habias hablado del sitio, y he tratado de encontrar el link pero no acertaba :-)

Gracias!

Completa muy bien el post.