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Tópicos, inercias: Mejor estar en guardia
En este post me gustaría tratar
un hecho con el que, en mi opinión, debemos tener mucho cuidado los
arqueólogos y prehistoriadores, para
no caer en malas inercias, y mantener alto el listón de nuestro trabajo.
Me refiero a que los investigadores, de manera inconsciente, vamos generando
sesgos en nuestras observaciones, que a su vez crean
"tópicos" en la investigación. Y sucede que esos "lugares comunes" se dan muchas veces por buenos, tan sólo porque no ha habido una mínima
reflexión crítica sobre ellos.
Población, territorio y arqueología
Uno de estos casos, para mi bastante claro, se refiere a la
ocupación del territorio y la
población en el
Paleolítico medio (PM), la etapa que se identifica con las
poblaciones neandertales europeas. Y también tiene relación con los
supuestos cambios que se introducen con la llegada de los
Humanos Anatómicamente Modernos (HAM). Y, en general, con el paso del PM al
Paleolítico superior (PS).
El tópico al que me refiero podría enunciarse así:
En el PM (
Musteriense sensu lato), hay una
densidad mucho menor de
yacimientos, que además tienen
ocupaciones menos importantes, con respecto al PS. Al iniciarse dicho PS hay un cambio decisivo: un
constante aumento de población, que se prolonga hasta el Mesolítico.
En el inicio, ese aumento demográfico (y la mayor estructuración de la ocupación del territorio) se explica por el
reemplazo de los Neandertales por HAM. Después, a lo largo del PS, se dan otro tipo de explicaciones (socio-económicas, etc) dado que recurrir al fetiche del reemplazo biológico ya no es posible.
"Soy de Cantabria soy" (Luétiga)
Ese tópico sobre población y territorio en el PM se ha usado intensamente para explicar, por ejemplo, la prehistoria de mi Comunidad natal,
Cantabria, donde los estudios del Paleolítico se encuadran tradicionalmente en la llamada
Región Cantábrica.
Cantabria en la Península ibérica
Por ejemplo, en
1999 Anne Pike-Tay y otros, al revisar las investigaciones sobre el
Paleolítico cantábrico, escriben en el
Journal of Human Evolution:
On the basis of the existing site location and tool density data, Mousterian groups in the region have generally come to be viewed as few in number and dispersed.
Y también:
The apparent increase in deposits from the Middle through Upper Paleolithic (...) may be a true reflection of population increase, in the sense of either an increase in the number of groups or an increase in group size.
Es decir, que los
grupos neandertales se han caracterizado como
escasos y dispersos, y que se ha "documentado" un incremento en los depósitos en el paso del PM al PS, que podría (entre otras hipótesis) documentar un
incremento de población.
Los autores del trabajo se refieren, en esos párrafos, a las argumentaciones de Straus (1983; 1993), Clark (1986), o Butzer (1986), sobre la
Región Cantábrica. En concreto se cita una afirmación de Straus según la cual sólo existirían
14 depósitos del Musteriense, para un total de
75.000 años de ese periodo -lo que hace que dicha proporción de sitios/tiempo sea la realmente muy baja.
Ahora bien, hoy sabemos que
ese dato es incorrecto.
Para ilustrar este punto, he utilizado la información disponible en la
Carta Arqueológica de Cantabria (2002, U. de Cantabria, base de datos digital) y la he completado con los nuevos depósitos citados en
trabajos recientes (
Muñoz Fernández 2005,
Baena y Carrión 2006,
de la Peña Alonso 2009)
Con esos datos he confeccionado, en un primer momento, una tabla que
compara el PM y el PS en Cantabria:
Periodo | Nº de depósitos | Miles de años (Ka) | Nº depósitos/Ka |
P. medio | 75 | 75 | 1 |
P. superior | 101 | 28,5 | 3,5 |
En esta tabla si que parece haber, en principio, una
diferencia importante entre el PM y el PS, lo que en principio apoyaria la idea de que hay un cambio decisivo con la llegada del
PS inicial y los
HAM.
Pero, desde luego, con estos datos aquella idea de que sólo había 14 casos de PM en el cantábrico ya no se sostiene: sólo en la Comunidad de Cantabria hay documentados
75 depósitos de esa cronología.
Por otra parte, sucede a veces que unos datos
demasiado agrupados pueden estar ocultando
fenómenos más específicos. Y, si no se miran con más atención, dichos fenómenos pueden pasar
desapercibidos.
En este caso concreto, si separamos por una parte los depósitos del
PS inicial (Chatelperroniense, Auriñaciense -en sentido amplio- y Gravetiense) y por otra el
resto del PS, vemos que aparece un
patrón muy definido, que antes estaba oculto:
Periodo | Nº de depósitos | Miles de años (Ka) | Nº depósitos/Ka |
P. medio | 75 | 75 | 1 |
P. superior inicial | 18 | 16 | 1,1 |
P. superior avanz. | 83 | 12,5 | 6,6 |
Interesante ¿no? La tabla muestra de forma contundente que
no hay una
mayor proporción de sitios en el
PS inicial con respecto al PM. De hecho, el índice que resume dicha proporción (número de depósitos/miles de años) es casi idéntico para ambas etapas.
La mayor parte de los depósitos por tanto se concentran en el
PS avanzado (Solutrense, Magdaleniense y Aziliense). Es decir que (si aceptamos argumentar sobre el
crecimiento de población en el Paleolítico, a partir de este tipo de cifras) los datos apuntan al
Solutrense como momento de
inicio de ese proceso, y no al PS inicial.
Cerrando el tema (o no)
Visto esto, cabría preguntarse entonces
de donde viene esa visión errónea, que se ha usado en
modelos explicativos (para la desaparición de los neandertales cantábricos, y para la Transición PM-PS) durante varias décadas.
Aunque
parte del error se puede atribuir al
descubrimiento de numerosos
yacimientos neandertales en los últimos 25 años, en mi opinión el fallo inicial fue "obcecarse" con unas
pocas secuencias clásicas, y no prestar atención a los numerosos yacimientos musterienses que
ya se estaban citando en la bibliografía de aquel momento (como recoge la primera
Carta Arqueológica de Cantabria, publicada en 1987 por Muñoz y San Miguel).
En todo caso, lo cierto es que los
datos para Cantabria hablan por si solos: La importancia de los yacimientos
musterienses ha sido
subestimada en gran medida, y la de los yacimientos del
PS inicial ha sido muy
sobrestimada. Y no creo que la situación de Euskadi y Asturias sea muy diferente del caso cántabro, en este tema concreto.
Como conclusión, me gustaría decir que
no parece razonable mantener ese
"lugar común". No hay que
dar por hecho que, con la llegada del PS inicial, hay
cambios demográficos importantes, que se puedan ver en el registro arqueológico. Desde luego, eso
no sucede en Cantabria, y -con casi toda seguridad- tampoco en el resto de la
Región Cantábrica.
Por el contrario, los datos señalan a que los
indicadores de ocupación del territorio, en el cantábrico,
no aumentan en el paso del Musteriense al PS inicial.Y si lo hacen de manera decisiva a partir del
Solutrense.
Otra cuestión es
cómo se distribuye esa presencia de sitios de PM en el
gran arco temporal del Musteriense (75.000 años para el cantábrico,
grosso modo). Trabajos recientes
sugieren que en realidad muchas de las ocupaciones
se concentran en el tramo final del PM (los últimos 10.000 años). De ser así,
ese Musteriense final presentaría una ocupación territorial (¿y demografica?)
densa, que sería
superior a la del propio PS inicial. Pero eso, en todo caso, eso es tema para otro
post.
Bibliografía
Straus, L. G. (1983): Terminal Pleistocene faunal exploitation in Cantabria and Gascon. En Animals and Archaeology I: Hunters and their prey. Ed. Clutton-Brock, J. y Grigson, C. BAR S-163, Oxford.
Clark, G. A. y Straus, L. G. (1983): Late Pleistocene hunter-gatherer adaptations in Cantabrian Spain. En Hunter-Gatherer Economy in Prehistory. Ed. Bailey, G. Cambridge.
Butzer, K. (1986): Paleolithic adaptations and settlement in Cantabrian Spain. Adv. World Archaeol., 5.
Clark, G. A. (1986): El nicho alimenticio humano en el norte de España desde el Paleolítico hasta la romanización. Trabajos de Prehistoria, 43, nº 1.
Muñoz Fernández, E., San Miguel, C. y C.A.E.A.P. (1987): Carta Arqueológica de Cantabria. Santander.
Pike-Tay, A., Cabrera Valdes, V. y Bernaldo de Quiros, F. (1999): Seasonal variations of the Middle-Upper Paleolithic transition at El Castillo, Cueva Morin and El Pendo (Cantabria, Spain). Journal of Human Evolution, 36, nº 3.
Muñoz Fernández, E. (2005): El Musteriense en el centro de la Región Cantábrica. En Actas de la reunión científica: Neandertales Cantábricos, estado de la cuestión. Ed. Montes Barquín, R. y Lasheras, J. A. C. Monografías 20. Madrid.
Baena, J. y Carrión, E. (2006): Problemas acerca del final del Musteriense. Zephyrus, 59.
De la Peña Alonso, P. (2009): Revisión crítica de los conjuntos líticos gravetienses y su contexto arqueológico en la Península Ibérica. Complutum, 20, nº 1.